La Marcha Mundial de la Marihuana viene celebrándose desde 1973 en cientos de ciudades del mundo, sus reclamos saltaron de las calles y de las redes sociales a las páginas de los periódicos con más agilidad que en años pasados. Y es que el ánimo de reforma sobre la planta se ha instalado con fuerza en el debate público a nivel mundial, influenciado tal vez por algunas “victorias”, como la legalización de la producción y del consumo recreativo de cannabis en algunos países de Latinoamérica (y el mundo), y por las evidencias científicas que, progresivamente, desmontan el tabú tejido en torno a la planta Cannabis L. Sativa a.k.a. Marihuana.
Si bien las marchas tienen una repercusión masiva y global, Latinoamérica brilla con luz propia: es enorme el alcance de sus mensajes y exigencias políticas en temas de descriminalización, pero también de legalización, de su cultivo y uso.
Desde Buenos Aires hasta la Ciudad de México, pasando por Quito, Bogotá, Río de Janeiro, Santiago de Chile, Lima, Caracas o Montevideo, la conciencia de los daños que genera el prohibicionismo está creciendo y ¡qué mejor que una jornada festiva para demostrarlo!
El contexto del Cannabis en la República Dominicana es muy desafiante. Está dominado por desinformación, prejuicios, y falsas creencias que dificultan enormemente los labores de las organizaciones nacionales que tratan el tema Cannabis / Drogas en el país.
La sociedad dominicana ha normalizado la violencia generada por la lucha al narcotráfico al punto de deslegitimar los derechos fundamentales de las personas consumidoras de sustancias, así como hacer imposible avances científico-académicos sobre el Cannabis y otras sustancias.
La realidad del Cannabis en el país es muy compleja debido a la demonización de la planta a través de los años y el daño humano creado por el prohibicionismo Dominicano, que es únicamente cruel.
A nivel internacional ya comenzó un proceso de reforma de la dicha “guerra contra las drogas” que ha demostrado, científicamente, haber generado más daño que la misma sustancia; que es la razón por la cual países alrededor del mundo han optado por regular y permitir la comercialización del Cannabis, así como despenalizar su posesión y consumo.
La actividad que proponemos responde a la necesidad de introducir al país un nuevo paradigma sobre el Cannabis. Uno que responda a la ciencia y a los derechos humanos ante todo, y principalmente que no involucre la violencia estatal o del narcotráfico.
Queremos celebrar una jornada de concientización sobre la planta Cannabis L. Sativa, sus beneficios para la salud, la economía, y el planeta; así como resaltar la necesidad que se respeten los derechos humanos: los derechos del consumidor, los pacientes y los médicos, así como permitir el avance científico en materia.
“el prohibicionismo ha fracasado, necesitamos un nuevo enfoque con el Cannabis”.
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